El gobierno británico quiere prohibir la venta de perros y gatos, para así poner fin a las condiciones espantosas en las que crían a las mascotas destinadas para la venta.
Según Michael Gove, ministro de Medio Ambiente, se busca garantizar mediante esta medida un mayor bienestar de los animales en sus primeros días de vida, y este miércoles se lanzó una consulta al respecto. La medida quiere lograr eliminar las prácticas de las distintas granjas de perros y gatos, así lo indicó el gobierno.
Entre las prácticas, se refiere también a “la separación precoz de los cachorros de su madre, su introducción en entornos nuevos y desconocidos”. “Todo eso puede contribuir […] a graves problemas de salud y de socialización”, indicó Michael Gove.
La consulta se producirá luego de una campaña de sensibilización en torno al caso de Lucy, una perra maltratada, forzada a dar a luz varias veces al año en una granja.
“La gente que descuide completamente el bienestar de los animales de compañía no podrá aprovecharse más de este comercio miserable”, añadió el ministro.