A propósito de lo mencionado vía twitter por la Ministra de Gobierno, en torno a las medidas que se analizan, por la emergencia sanitaria, para la realización de las elecciones de 2021:
“ la obligatoriedad del sufragio se encuentra en la Constitución; lo que se analiza es eliminar, a propósito de la pandemia, la multa y la papeleta, como requisito en trámites. Así quien prefiera evitar un riesgo de aglomeración estaría en liberta de no asistir”.
A pesar de la aclaración que realiza, al decir que el sufragio consta en la Constitución como obligatorio, la propuesta de evaluar el requisito de presentación del certificado de votación para los trámites que deben hacerse ante la administración pública, trae consigo la intención velada de imponer el voto facultativo en las próximas elecciones sin tener que acudir a una reforma constitucional.
Lo complejo de la propuesta, radica en la imposición de criterios en función de conveniencias políticas, sustentadas en la emergencia sanitaria que vivimos, que lo único que genera es más desconfianza en el gobierno y abona a la desestabilización de la democracia, en medio del proceso electoral, en un contexto país que necesita seriedad, transparencia en el actuar de las autoridades y verdadera conciencia social.
La obligatoriedad del voto, merece ser analizado, desde una perspectiva democrática, considerando los factores a favor o en contra de su obligatoriedad, de manera responsable, no en función de cálculos políticos. El sufragio, es una forma de participación ciudadana, que se sustenta en la necesidad de integrar a la ciudadanía a las decisiones del Estado, y al ser obligatorio opera como una garantía de la democratización del sistema político, porque asegura la representatividad y legitimación de los elegidos.
Si se va a discutir la voluntariedad del voto, que se lo haga de forma sería, con argumentos y cumpliendo con la normativa constitucional y legal vigente, comparando experiencias de la región como las de Colombia y Chile, donde el voto no es obligatorio y se discute la necesidad de que lo sea precisamente por asuntos de representatividad y legitimidad democratica. Mientras tanto hay que recordar, aunque a algunos no les guste que el voto es obligatorio.
María Fernanda Carrión
Twitter: @mariafercm