Lucas 5:26
Es 1975. El fin del dictador Francisco Franco está, sin saberlo, más cerca que nunca, aunque su sombra aún cubre cada rincón de España. 5 años han pasado desde que Camilo Sesto se reveló al mundo del espectáculo como una de sus estrellas predilectas, y su música y figura son tan queridas y reconocidas que, antes de alcanzar los 30 años, el joven artista es colmado de premios, reconocimientos y distinciones nacionales e internacionales.
En 1972 asiste, en Londres, a un polémico musical en donde la figura de Jesús de Nazaret es abordada desde la pasión, producto de su semana decisiva antes de ser crucificado por suicidio autoimpuesto para el perdón de los pecados. Aquel judío de cabellos “como la lana” y pies “como bronce pulido acrisolado en el horno” (Apocalipsis 1: 14-15), tanto tiempo representado erróneamente, encontraría una nueva interpretación a su vida a manera de musical de manos de un español que, a través de la ópera rock ingleses, elevaría al cielo del espectáculo sus últimos días de vida.
Mateo 7: 7-8
La empresa es complicada. El primer paso, el financiamiento. Sesto sabía que muy pocas personas estarían dispuestas a ayudarlo y toma la decisión de hacerlo todo por su cuenta, con su propio dinero. La obra, en su totalidad, es financiada, producida, realizada y protagonizada por el propio Camilo quien invirtió 12 millones de pesetas para lograr la puesta en escena (Sesto luego confesaría que el coste fue tres veces mayor). El director teatral Jaime Azpilicueta y el periodista Nacho Artime se encargan de adaptar la obra original de Andrew Lloyd Weber y Tim Rice al español.
El elenco de la obra cuenta con la cantante dominicana Ángela Carrasco como María Magdalena; con el líder y cantante de la banda de rock y soul Los Canarios, Teddy Bautista como Judas Iscariote; Alfonso Nadal como Poncio Pilatos; y Charly Chausson como Caifás. Las amenazas durante los ensayos son constantes. Los Guerrilleros de Cristo Rey, grupo paramilitar de extrema derecha, amedrentan a la gente para no comprar entradas para el espectáculo; por teléfono, amenazan en taquillas con colocar bombas; inclusive personas cercanas a la cúpula del poder político quieren, por todos los medios, evitar el estreno de la obra, además de ser severamente criticada por la iglesia católica.
Marcos 16: 15
El mito del “Camilo guapito” se elimina por completo el 6 de noviembre de 1975 en el teatro Alcalá Palace de Madrid con el estreno de Jesucristo Superstar. Aquel baladista romántico demostraría ser un auténtico revolucionario mientras el Generalísimo agonizaba y la iglesia no podía hacer nada con un Jesús revitalizado, humano, moderno. Dos semanas antes de la muerte de Franco, Camilo Sesto da pie a la revitalización de una España dispuesta a cambiar sus antiguas prácticas ortodoxas culturales y religiosas para democratizar los sentidos y las expresiones de una nueva generación de ciudadanos.
Juan 13:34
Sesto resucita desde el rock el evangelio y convierte a Jesucristo en la figura divina que camina entre aquellos que únicamente esperan ver cumplida su máxima en el amor al prójimo, para poder demostrar que la luz cubre siempre a todos, desde todos lados. De Life of Brian de Monty Python a La última Tentación de Cristo de Martin Scorsese, pasando por El Evangelio Según Jesucristo de José Saramago a Cristo de nuevo crucificado de Nikos Kazantzakis, recorriendo La pasión según San Mateo de Johann Sebastian Bach a Jesus Saves de Slayer, la figura de Jesucristo será tema de alabanzas, desidias, apostasías, renacimientos, gloria y abucheo. Camilo fue Jesucristo, y su vía crucis de superestrella la prueba de fe en la música, su don, su visión particular.
Por Sebastián Vera
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