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Nos están matando por ser mujeres…

PorJenniffer Rodríguez

Ene 8, 2021

Manipularon el cuerpo de mi hija para montar la escena, pues estaba tendida sobre las escaleras, su cuerpo, piernas ya estaban rígidos, su cabeza hacia su lado izquierdo, sus brazos doblados, quise abrazarme con ellos y estaban duros, su cabeza tocaba el piso y a su alrededor un charco de sangre no tan grande, engañándonos vil e inhumanamente. (…) Con el dolor que sentíamos, no podíamos ni reaccionar”. Este es parte del relato que ya se ha vuelto viral en las redes sociales, escrito por Virginia Muñoz, madre de Lisbeth Tatiana Baquerizo Muñoz, quien el pasado 21 de diciembre fue hallada sin vida, junto a la escalera de su hogar, en una urbanización privada de Guayaquil.

Los familiares de Lis apuntan a su esposo Luis Hermida como el principal sospechoso del crimen, y que a estas alturas estaría en Colombia, luego que se fugara desesperadamente, evadiendo a la Policía.

Hermida, junto con sus familiares, trataron de hacer creer a los padres de Lisbeth que su muerte se generó por una caída de las escaleras de su casa, cuando la autopsia reveló que la causa de su muerte fue un traumatismo craneoencefálico debido las heridas contuso cortantes en su cabeza, las cuales trataron de ocultar pegándolas con ‘brujita’. Además, presentaba otras señales de agresión en su cuerpo.

“No descansaré hasta que el culpable de la muerte de mi hija pague por lo que hizo. (…) Pido que se difunda una orden internacional para que también sea buscado por la Policía de otros países”, dijo su madre, mientras que su padre, Mario Baquerizo, en medio del dolor, pidió a las autoridades que este crimen no quedé en la impunidad. “Era nuestra bebé, por qué le hicieron esto”, exclamó el hombre.

Hago mío este dolor porque soy mujer, soy mamá, porque nos protegemos e ilusionamos durante el embarazo, ante la llegada de un ser que viene a darnos alegrías, alguien a quien criamos con el mayor amor del mundo porque es vida de nuestras vidas, porque es nuestra carne, porque es nuestro amor y no es justo que en un abrir y cerrar de ojos le arrebaten la vida, creyéndose dueños de la existencia de una persona.

Las entrañas de cada madre que sufre este tipo de pérdida gritan del dolor ante brutales acontecimientos. “Solo de imaginarme su sufrimiento se me parte el alma, mi hija tenía sueños, anhelos, él le quitó todo. (…) Yo tenía que irme primero, ella (Lisbeth) tenía que enterrarme, esa es la ley de la vida, que los hijos entierren a los padres “, manifestó su progenitora, y las palabras se quedan cortas ante la aflicción que lleva enterrada en su corazón.

Hermida y Baquerizo fueron enamorados desde los 17 años, mantuvieron 11 años de noviazgo y luego se casaron, pero su matrimonio solo duró 1 año. Lisbeth fue brutalmente masacrada en su propia casa, y es que en algunos casos, el hogar es el sitio predilecto del feminicida. Entonces ¿cómo sentirse segura?

En 2020 se registraron 115 feminicidios, siendo Guayas la provincia con más víctimas, según los datos del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam).

La violencia contra la mujer ha sido constante en la historia de la humanidad, pero a lo largo de estos años ni las leyes ni el Estado han podido evitar cada una de sus formas, llegando hasta el feminicidio como la de mayor brutalidad e impacto. La acepción de la palabra feminicidio fue propuesta por la activista y escritora Diana Russell en la década de 1970, quien hizo referencia a las motivaciones respecto al asesinato de mujeres como el odio o el desprecio de los hombres hacia ellas, el placer que les implica privarlas de la vida al sentirlas de su propiedad. Por ello, Russell definió feminicidio como “el asesinato de mujeres a manos de hombres debido a que son mujeres”.

Vivas nos queremos, ni una menos…

Jenniffer Rodríguez

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