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El poder violento: anonimato e impunidad

PorSebastián Vera

Ene 28, 2021

El 27 de enero de 2021, aproximadamente a las 07h35 y después de salir de su entrenamiento de rutina en el gimnasio Mirador Fit House a bordo de su Ford Explorer Limited de placas GSM-5711 para dirigirse a su domicilio en Samborondón, el presentador y actor de televisión, Efraín Ruales, es interceptado por un vehículo azul y gris modelo Vitara en la avenida Guillermo Cubillos, al norte de la ciudad de Guayaquil, y recibe 4 impactos de bala que le ocasionan la muerte. Las autoridades policiales descartan como móvil del asesinato el robo, debido a que las pertenencias del presentador continuaban en su vehículo al momento de su muerte. El sicariato se convierte en la causa principal del deceso de Efraín Ruales.   

Guayaquil, la del histórico distanciamiento de la élite guayaquileña del resto de la población, las residencias amuralladas, la del prime-time de notas lumpen-policiales a conveniencia de los medios que incrementan la cultura del miedo, la del urbanismo de oasis privados y desigualdad de oportunidades expresada en su división espacial, la ciudad de la injusticia para personas aisladas de su “éxito” que buscan a través de actividades criminales la revancha por la segregación social. La Gran Guayaquil. La de la mercantilización del ajuste de cuentas, la del silencio corrupto a favor de la normalización del freelance y tercerización del sicariato para solucionar los problemas con la Ley de Herodes, la violencia y el temor.

¿Se habrán creado unos nuevos “Pepudos” o “Pichirilos”? Así, para resolver diferencias, el mejor método es la intimidación y la subsecuente muerte de un supuesto enemigo, porque de esa forma también se deslegitima a la fuerza del Estado, se genera en las personas la idea de una justicia mafiosa: aquella que protege los intereses de patrones y sus negocios nefastos. La protección de la riqueza bastarda se exhibe a través del poder violento, que alerta a sus demás detractores y llena de glamour asqueroso a su representación mediática y cultural, e incrementa su economía ilícita a la sombra de una sonrisa burlesca, animada por su frenesí de control caótico, también apoyada por funcionarios públicos que toman su tajada de la muerte.

48 muertes violentas se han registrado en Guayaquil en este primer mes del 2021, y 97 a nivel nacional: 2 muertes diarias. Los efectos económicos generados por la violencia diversifican su mantenimiento en actores indirectos: los que proporcionan información, los que venden armas y vehículos, especializando la muerte de otros seres humanos en un negocio rentable. Surgen así los “profesionales”, quienes proveen de un servicio a cambio de lealtad, eficacia y obediencia, a riesgo de poner en peligro sus propias vidas también. Muchos, por el miedo y el mismo sentimiento de venganza que impulsa a los asesinos a “profesionalizarse”, recurren a  que esta violencia sea atacada con violencia proporcional, no estatal, sino individual, dejando de lado las reales oportunidades de desarrollo y transformación social a causa de giles incompetentes que han convertido a la política en herramienta de egoísmo y no de genuino servicio.

A causa de su anonimato, el sicariato crece; las supuestas propuestas de “mano dura” se generalizan, pero con una institucionalidad precaria, el crimen y la corrupción reinan en todas las esferas de la vida de las personas, directa e indirectamente. Patricio Pazmiño, Ministro de Gobierno, aseguró que la escena del crimen se encontraba manipulada. El vehículo utilizado por los sicarios que asesinaron a Efraín Ruales, que estaba reportado como robado y que circulaba con una placa robada de Manabí, fue encontrado incendiado la noche del 27 de enero, aproximadamente a las 21h30, en las calles 25 y la G, suburbio de Guayaquil. El peritaje del celular de Efraín es la pista más certera, hasta el momento, para poder hallar a los criminales.

El cuerpo de Efraín Ruales, después de su autopsia que confirma su muerte por impactos de bala que le ocasionaron una hemorragia interna masiva. EL 28 de enero a las 09h00 y 11h00 se organizaron dos misas para los familiares cercanos del presentador. Pasadas las 12h30 sus restos son inhumados. Con el fuego de las balas, del incendio del carro, y del cuerpo de Efraín, se espera dar algo de real y verdadera luz a una justicia corrupta, impune, al servicio de la maldad y sus intereses económicos ocultos.

Por Sebastián Vera

En mis redes: @sebis_vera

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