La tercera fue la vencida para el representante de la derecha tradicional. Para la primera vuelta electoral, casi raspando, logró su victoria frente a Yaku Pérez (quien hace unos días dejó el partido político con el que se postuló a la presidencia, Pachakutik); en la segunda vuelta, sumó votos de personas (tanto de derecha como de izquierda) quienes optaron por ya no darle continuidad al modelo correísta, ahora en la figura de Andrés Arauz (quien también dejó el movimiento político con el que se postuló para la presidencia, UNES).
A sus 65 años, uno de los principales accionistas de Banco Guayaquil, quien durante sus campañas políticas impulsó la imagen de la persona de clase media que -sin estudios universitarios- pudo construir su propia fortuna, desde el 24 de mayo de 2021 (a 199 años de la Batalla de Pichincha y a 40 del asesinato de Jaime Roldós Aguilera, su esposa Martha, y miembros de su comitiva presidencial como parte del Plan Cóndor) es el nuevo presidente del Ecuador.
Experiencia en el sector público
No es el primer cargo público que ostenta. Durante el gobierno de Jamil Mahuad (del cual aportó dinero para que pudiera conseguir la presidencia) fue Gobernador de la Provincia del Guayas (durante menos de un año) y Superministro de Economía (renunció un mes después de ser posesionado); presidente del directorio de la Comisión de Tránsito del Guayas a petición de Gustavo Noboa (impulsó una reforma para que en su directorio se reemplazara a los delegados de la Subsecretaría de Obras Públicas, de los vigilantes y de los transportistas), para luego ser designado por Jaime Nebot como presidente de la Fundación Terminal Terrestre; embajador itinerante durante cuatro meses en el gobierno de Lucio Gutiérrez (fue mediador con el FMI y el Banco Mundial).
Para algunas personas, Lasso cogobernó y participó en acciones políticas y económicas junto Lenín Moreno a través de su movimiento político, CREO, y por cuenta individual; como los acuerdos entre el bloque legislativo de Alianza PAIS, CREO, la Bancada de Integración Nacional y la Bancada de Acción Democrática Independiente el 14 de mayo de 2019 con lo que se consiguió el apoyo a leyes promovidas por el gobierno de Moreno como la Ley Humanitaria sin contribuciones especiales; créditos de la Corporación de Desarrollo Financiero de EEUU por $242 millones, de los cuales $92 millones fueron dirigidos para Banco Guayaquil orientado a financiar emprendimientos; y el apoyo del ahora presidente al accionar gubernamental durante las protestas de Octubre 2019.
La herencia de Moreno
Lenín Moreno termina su mandato con menos del 10% de aceptación nacional, lo cual da cuenta de que su gestión -cargada de casos de corrupción, falta de liderazgo y pésimas decisiones administrativas- no será recordada por sus supuestos avances en materia de obra pública, protección social y reinstitucionalización del Estado. Sus “Sin duda dejo al país en mejores condiciones de lo que lo encontré” y “Dejo un país en orden” son muy imprecisos y rayan en lo absurdo. Aquí una pequeña lista de lo que el nuevo gobierno de Lasso deberá lidiar:
- La pobreza multidimensional representa el 32% y la pobreza extrema el 14,9% de personas del Ecuador. Existen 9,2 millones de pobres en el país.
- Nuestra deuda pública es de $63.206 millones, más del 50% del PIB nacional.
- 7,80% de decrecimiento de la economía.
- 189 casos de corrupción, todavía en investigación.
- 5,3 millones de ecuatorianos en el subempleo o sin trabajo, el equivalente a 66% de la población económicamente activa.
- Insuficiente logística en materia de salud.
- Uno de cada cuatro niños menores a cinco años padecen de desnutrición crónica infantil.
- Ineficiencia en el plan de vacunación contra el COVID-19. Ecuador cuenta con cerca del 4,5% de su población parcialmente vacunada.
¿Qué nos espera a presente con Lasso?
Durante el foro “Desafíos de la Libertad” organizado por la Fundación Internacional para la Libertad, dirigida por el escritor peruano Mario Vargas Llosa, el cual tuvo lugar el 23 de mayo de 2021, Lasso anticipó algunas de las medidas que tomará su gobierno para, según él, “mejorar la alicaída economía nacional, generar empleo y alcanzar un estado de prosperidad para la población”, entre las cuales se encuentran: aumentar la producción petrolera del país a un millón de barriles por día así como la concesión de refinerías, carreteras y la empresa de telecomunicaciones estatal a inversores privados, al igual que la venta del Banco del Pacífico a inversionistas extranjeros. Para realizar esto destacó la disminución del riesgo país de 1300 a 710 puntos en las últimas semanas.
Muchos ecuatorianos ven con esperanza y buenos ojos el nuevo mandato que tendrá que un trabajo muy complicado para subsanar las heridas del país causadas por una administración deficiente, sin contar lo acaecido a causa de la pandemia del COVID-19, confiando en que las promesas de campaña se cumplan como talleres gratuitos sobre administración de negocios, subir el sueldo básico a $500, guarderías públicas para madres estudiantes y trabajadoras, incluir a los municipios en la compra de vacunas y asegurar su acceso gratuito para todos.
¿Logrará Guillermo Lasso contar con el apoyo de la Asamblea Nacional y de las instituciones gubernamentales y estatales para cumplir con sus metas? Tenemos 4 años para saberlo.
Por Sebastián Vera
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