Todos sabemos que una de las peores cosas que existe en este mundo es el estreñimiento. Nada es peor que no poder ir al baño, algunas personas darían lo que fuera para no tener dolores de estomago o problemas para ir al baño. Tanto puede ser la desesperación que algunas personas optan por usar métodos “caseros” para tratar el estreñimiento. En este caso, un hombre chino decidió que la mejor idea par curar su malestar era introducir una anguila de 20 centímetros por su ano (lo que casi provoca su muerte).
No me puedo imaginar el dolor por el que estaba pasando ese hombre, quien vive en la provincia de Jiangsu, al este de China. Porque no se le ocurrió al tipo comer más frutas y verduras, como pitahayas, que tienen mucha fibra y ayudan para este tipo de cosas.
La cosa es que de nada sirve ahora. El hombre decidió seguir un remedio popular de su pueblo, la cual consiste en “introducirse una anguila por el ano para curar el estreñimiento”. El animal había subido por el recto hasta hacer una perforación en el colon del hombre, introduciéndose a su abdomen, según recoge IFL Science.
Sin embargo, el hombre tardó un día en acudir a centro médico a pesar del dolor insoportable que tenía. Seguramente estaba avergonzado de comentarle a su doctor de que se había introducido un animal vivo en el recto. Luego de haberle extraído la anguila, el doctor le comentó acerca de lo peligro de su acto y que estaba cerca de morir. La anguila aún estaba viva cuando fue extraída durante la operación.
No es la primera vez que pasa esto
El hombre no es la única víctima del “remedio popular” que dice que insertar una anguila en el recto puede curar el estreñimiento. Un hombre de 50 años de la provincia de Guangdong, en el sur de China, hizo lo mismo con una anguila de 15 cm de largo en junio de 2020.
En conclusión, no importa que nos digan familiares o conocidos acerca de que “las recetas caseras son mejores”; lo mejor siempre será acudir a un profesional. La ciencia ha estado evolucionando y avanzando a lo largo de la humanidad. Tristemente, la estupidez humana también ha continuado.
Por Rodrigo Varela