La Organización Mundial de Salud ha confirmado los resultados positivos en dos de cinco muestras de pacientes afectados y ha señalado que trabaja con el Gobierno de la República Democrática del Congo “para movilizar personal y recursos utilizando el modelo de respuesta exitosa al brote similar de 2017”. La OMS ha desembolsado al rededor de 840.000 euros y a medio centenar de expertos para evitar que se propague el virus del ébola por el continente africano.
El Gobierno de la República Democrática del Congo ha confirmado la muerte de diecisiete personas por culpa del virus y el Ministerio de Sanidad del país ha descrito el brote como “una emergencia de salud pública con impacto internacional” y ha reconocido un total de 21 casos de infección al noroeste de la región, en la provincia de Equateur.
El ébola es una enfermedad causada por un virus cuya mortalidad puede llegar hasta el 90 %, afecta a los seres humanos y a primates no humanos como monos y gorilas. Los síntomas aparecen entre 2 y 21 días después de exposición y vienen con problemas como fiebre, vómitos, diarrea, y sangrado anormal.
El virus se transmite a través del contacto con sangre y demás fluidos corporales de personas infectadas, o mediante objetos contaminados. También es posible infectarse por el contacto de animales salvajes como monos, murciélagos y el consumo de carne mal cocinada. A diferencia de otros virus, no se transmite por el agua o el aire.